El chef Ferran Soler empieza su primer proyecto culinario con Can Marlau. Un bar-restaurante gastronómico, como él lo define, ubicado en la calle París de Barcelona. Donde podrás encontrar una cocina catalana de casa de comidas y tapas. Todo con el toque personal del que fuera el antiguo jefe de cocina de la Bodega 1900 de Albert Adria.
Una apuesta tan personal como el origen del nombre de Marlau, compuesto por los nombres de sus hijas María y Laura. Donde demuestra el cariño y la dedicación que ha puesto a esta nueva aventura.
Can Marlau sigue la tradición de las casas de comida catalanas con un estricto horario. De lunes a sábado y de 8 de la mañana a 4 de la tarde. Dándole una atención muy especial a los desayunos de tenedor. Una tradición de la ciudad de Barcelona que va resurgiendo poco a poco y una apuesta en la carta de Ferran Soler.
Un local con un espacio tubular con la barra en la entrada y que cuenta con un pequeño comedor al fondo donde disfrutar la carta. A diferencia de las casas de comida barcelonesas tradicionales Can Marlau no ofrece menús, solo carta, pero a precios asequibles. Permitiendo que todo el mundo acceda a sus platos.
El chef ha optado por una carta prudente pero contundente y variada para su primer proyecto en solitario. Con una selección de vinos españoles que nos hace viajar por nuestra geografía.
La carta que nos ofrece Ferran Soler en Can Marlau comienza con unos espectaculares desayunos con tenedor. Donde puedes disfrutar de platos como unos huevos fritos con careta de cerdo o una tortilla de bacalao y ajos tiernos. Además de un bocadillo de cerdo confitado con boniato frito y criolla que quita el sentido.
Todo ello acompañado de la tradicional careta o las orejas de cerdo. Sin olvidar la bollería, tanto en la vertiente dulce del croissant de toda la vida. Como la opción salada, donde podrás disfrutar de un croissant con jamón canario y queso delicioso.
Para las comidas de Can Marlau se apuesta siempre por los excelentes productos de temporada. Donde la ensaladilla rusa, simple, pero con un toque de pimientos asados y una mahonesa espectacular es un magnífico comienzo. Dando paso al terreno donde Ferran Soler se encuentra más cómodo, los guisos.
Comenzando por una receta familiar de la que se enorgullece, los fideos con gambas. Guisados con caldo de pescado y siguiendo exactamente la receta de su abuela. O un cap i pota, llamado así por no utilizar todas las partes del animal. Además de haber cambiado los garbanzos tradicionales por judía blanca para darte un toque más mantecoso.
Mención aparte su bacalao con samfaina o unas albóndigas con sepia deliciosas. Platos para la gente que disfruta rebañando el plato con el pan sin vergüenza alguna. Deleitándonos con un delicioso cabrito con cuscús y verduras o una pluma ibérica con setas. Aplicando las nuevas técnicas a los platos y sabores de toda la vida.